La limpieza en comunidades de vecinos es un tema clave que puede generar conflictos si no se gestiona adecuadamente. Según la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), es responsabilidad de cada propietario mantener en buen estado las instalaciones comunes y su propio espacio para evitar problemas. Aunque la ley no menciona explícitamente la limpieza, sí establece que los vecinos deben contribuir a los gastos generales, incluyendo la limpieza de las zonas comunes.

Las decisiones sobre este servicio, como la contratación de empresas o la periodicidad del mismo, se toman en la junta de propietarios, requiriendo una mayoría simple para ser aprobadas. Sin embargo, si se desea cambiar los estatutos comunitarios relacionados con la limpieza, se necesitará unanimidad.

En cuanto a los gastos, la limpieza se considera un gasto ordinario, cubierto con las cuotas de los vecinos. Un propietario puede asumir esta tarea, pero debe cumplir con las normativas laborales y legales para evitar responsabilidades adicionales.

En resumen, la limpieza en comunidades de vecinos es un aspecto esencial que debe gestionarse de manera consensuada y transparente para evitar problemas de convivencia.

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