Existe una normativa general que prohíbe fumar en espacios cerrados de uso colectivo, como edificios públicos, centros de trabajo, establecimientos de restauración y locales de ocio. Estas regulaciones tienen como objetivo principal salvaguardar la salud de las personas al reducir la exposición al humo de tabaco en ambientes cerrados.
En cuanto a las áreas privadas, como las terrazas o balcones de una vivienda, las normativas varían según la legislación local y las restricciones establecidas por la comunidad de vecinos. Es crucial familiarizarse con las reglas específicas de tu comunidad y consultar los estatutos o normas de régimen interior que gobiernan el uso de las zonas comunes y privadas.